Este 2019 no ha sido el mejor en lo que a entrenos se refiere ni por supuesto en carreras, por lo que la base que tengo en el cuerpo a fecha de Agosto no llega ni a los mínimos para hacer un triatlón Olimpico, así que una vez en frío, después del calentón en el que te vienes arriba y analizado desde la calma, queda claro que EL SUEÑO DEL IRONMAN LANZAROTE TENDRÁ QUE ESPERAR.
Me quedo con el lado positivo de todo esto, porque siempre hay un lado positivo de todo, sólo hay que buscarlo porque seguro que aparece. Y es que, por primera vez en mi vida, ya he abierto la posibilidad en mi mente a probar la larga distancia. Es algo a lo que siempre, hasta ahora, había dicho que no y que no, que con hacer 70.3 tenía más que suficiente. Pues ahora ya sé que en algún momento lo probaré, no sé cuando, en 1,2,5 o tal vez 10 años, ¿quizás para los 50? para seguir pensando que soy jovén tal y como filosofé cuando me quedaban 1 para los 40. Lo que sí tengo claro es que si tiene que ser en algún lugar, no puede ser otro, será de los más duros, será de los más exigentes, pero también será de los más bonitos.
Como se suele decir: "No es un adiós, es un hasta pronto"
No hay comentarios:
Publicar un comentario