Última etapa del viaje, la más larga de todas con unos 230km entre Split y Dubrovnic, y 10 más que nos llevaron hasta Cavtat, el pueblo escogido esta vez. Esta sería una etapa más de coche si no fuera por una particularidad, y es que a mitad de trayecto se tiene que cambiar obligatoriamente de país por lo que durante unos quince minutos nos encontramos en Bosnia-Herzegovina.
A medida que íbamos por la carretera, que recuerda a las Costas del Garraf, con la montaña a la izquierda y el mar a la derecha, poco a poco se empieza a vislumbrar la silueta de Dubrovnic, ciudad que con más expectación esperaba ver. Pasamos por su lado echando un primer vistazo y continuamos hasta nuestro apartamento.
El pueblo, una vez más, un acierto tanto por su tranquilidad como por sus playas, pequeñas calas de agua cristalina.
El Sábado decidimos ir a visitar finalmente Dubrovnic y seguramente fue la peor de las elecciones de todo el viaje ya que se junto el fin de semana y la gente que hace escapadas rápidas con los cruceros ya que es un punto de escala. Por lo que había tanta, tanta gente que la visita se convirtió en uno de los mayores agobios. Pero ni aún así pudo oscurecer la visita la que es conocida como “La Perla del Adriático”. Callejuelas, edificios y sus impresionantes murallas que rodean la ciudad hacen de esta una de las visitas más impresionantes.
ADIOS A TODOS
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