Como se ha podido observar, en la entrada anterior no he hecho ninguna mención a la obra principal de Paris y de toda Francia, y es que sólo la torre Eiffel ya merece una mención aparte.
Todavía no sé como me atreví a subir hasta allá arriba, porque si hay alguien acojonado con las alturas, ese soy yo. Pero una vez recogido todo el valor, metido dentro de mi estomago y pagada la entrada, hacia el cielo que nos fuimos. Y puedo asegurar que fue una de las mejores decisiones, subir hasta los 324 metros de altura que tiene la criaturita.
Una vez arriba, y asimilada la altura, las vistas son impresionantes. Mires por donde mires es casi imposible cerrar la mandibula debido a las vistas tan increibles.
Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras, prefiero recordarlo con imagenes.
P.D. Para saber el porqué de los +/- 15cm hay que ir al final de las fotos
La variación en la altura de la Torre Eiffel se debe a las 7.300 toneladas de hirro de la torre, que unidas por 2,5 millones de remaches, se dilatan con el tiempo cauroso y se contraen cuando hace frio.